18 de marzo de 2016

Esta peli ya la he visto. Las autorreferencias de la saga «Terminator»

No se me da bien disimular. Es un hecho. Así que estoy seguro de que durante las entradas anteriores se ha notado que me encuentro mucho más cómodo hablando sobre películas que me gustan que centrándome en aquellas que considero «fallidas», por decirlo de una manera educada. No obstante, hoy voy a saltarme mis propias reglas y voy a centrarme en una película que no me gusta demasiado. Me parece una excusa perfecta para darnos cuenta de que hasta las peores películas pueden tener buenas traducciones, de esas de las que siempre se puede aprender algo.

La saga Terminator tiene un problema llamado Terminator 2: el juicio final (1991), una secuela que exprimió al máximo las posibilidades del original, superándolo en todos los aspectos y dejando un grato recuerdo en el público. Ni Terminator 3: la rebelión de las máquinas (2003) ni Terminator Salvation (2009) supieron mantener el nivel. Mientras la trama se embrollaba cada vez más, la calidad del guion y la recaudación en taquilla disminuían secuela a secuela. Sinceramente, lo único bueno que nos había aportado la saga en los últimos años había sido la inspiración de cierto himno del «subnopop». Aun así, al ser humano (y, especialmente, al productor de Hollywood que posee los derechos de un material antaño exitoso) le encanta tropezar tres veces con la misma piedra. Por tanto, no debería extrañarnos que el año pasado llegara a nuestras pantallas Terminator Génesis. Aparte de atentar contra la ortografía inglesa en su horrendo título original (Terminator Genisys), este nuevo proyecto pretendía ser a la vez una secuela, un remake y un reboot de la película original. Y quien mucho abarca…

En esta nueva aventura, algunos personajes viajan en el tiempo y cambian sucesos que ocurrieron en la primera parte, reescribiendo la saga y permitiendo que la historia empiece de cero a la vez que continúa. Dicho así, suena un poco a galimatías, pero solo hace falta ver la película para confirmar que, efectivamente, esto es el lío padre. Imaginaos que la primera Terminator (1984) es una habitación de hotel. Terminator Génesis es el roquero borracho que pasa una noche allí y la destroza. En realidad, esto no nos importaría demasiado si estuviéramos ante una cinta que fuera mínimamente entretenida. Al fin y al cabo, las paradojas temporales incomprensibles son un rasgo tan característico de la franquicia como los modelos buenorros viajando en bolas desde el futuro. Las anteriores entregas también pedían cierta suspensión de la incredulidad por parte del espectador, pero este siempre había recibido diversión pura y dura a cambio (spoiler: aquí no ocurre lo mismo).


Este rocambolesco planteamiento tiene como consecuencia que el metraje esté trufado de autorreferencias a la saga. La autorreferencialidad (que no es más que intertextualidad con un bigote postizo) siempre supone un reto para el traductor. Todas las entregas de una franquicia deben mantener una cierta coherencia en su traducción, a pesar de que puedan pasar por diversas manos. Hoy en día, en el proceso de doblaje de muchas sagas cinematográficas exitosas este problema se subsana mediante la utilización de glosarios que recogen los términos más importantes, pero las productoras no siempre dan todo en bandeja. En algunas ocasiones será necesario comprobar cómo se tradujeron determinados elementos en anteriores entregas para evitar meter la pata en caso de que se les vuelva a hacer referencia. Como ya he adelantado, en la película que nos ocupa es más que necesario.

Los homenajes son constantes, sobre todo al principio de la cinta. El director llega incluso a recrear casi plano a plano algunas escenas de la Terminator del ochenta y cuatro. Respeta al máximo el guion del original, y lo hace con tanto mimo y cariño que da hasta pena que el resto de la película no acabe de funcionar. Para muestra, un botón. En ambas películas se repite una secuencia en la que un desnudo T-800 se encuentra con unos punkis muy poco amistosos nada más llegar del futuro. Gracias a este vídeo, podemos comparar las dos versiones. Estamos ante una recreación bastante cuidada, con algunas variaciones (que podemos resumir básicamente en que los actores son otros, el trasero de Schwarzenegger ha decidido no participar en esta secuela y el final es mucho más feliz para los punkis).


En la siguiente tabla, podéis echarle un vistazo al guion original de esta escena y ver cómo se dobló al español en los ochenta (me ha sido imposible encontrar el nombre del responsable de esta traducción):

INGLÉS
ESPAÑOL

SECOND PUNK: Hey, what's wrong with this picture?

LEADER: Nice night for a walk, eh?

TERMINATOR: Nice night for a walk.

SECOND PUNK: Wash day tomorrow. Nothing clean, right?

TERMINATOR: Nothing clean. Right.

LEADER: This guy's a couple bricks short.

TERMINATOR: Your clothes. Give them to me. Now.

LEADER: Fuck you, asshole.



PUNK 2: Eh, fijaos que tipo más raro.

CABECILLA: Bonita noche para pasear, ¿eh?

TERMINATOR: Bonita noche para pasear.

PUNK 2: Te has preparado para ir a la playa, ¿verdad?

TERMINATOR: Para ir a la playa.

CABECILLA: Creo que a este tipo le faltan un par de tornillos.

TERMINATOR: Tu ropa. Dámela. Ahora.

CABECILLA: Ven tú a buscarla.


Hay un par de decisiones de traducción en este fragmento que resultan, como mínimo, discutibles. Sobre todo, cierta aparición de una playa ausente en el original. Es un buen ejemplo de cómo antiguamente se tomaban ciertas libertades en los doblajes que hoy en día no se perdonarían. El caso es que este es el doblaje oficial en nuestro país para esa escena de la primera parte y que dicha escena se repite al pie de la letra en la quinta entrega.

Esto puede suponer un dilema para el traductor. ¿Mantengo la traducción previa para que la referencia funcione igual que en la versión original o aprovecho para realizar cambios que la mejoren? Pues, aunque a veces pueda llegar a doler, la solución más adecuada para mantener la coherencia de las sagas probablemente sea conservar las traducciones establecidas de los elementos que se repiten. En ese sentido, el doblaje de Terminator Génesis es todo un monumento a la intertextualidad. Quico Rovira-Beleta (@quicorb), que se encarga de la saga en nuestro país desde la segunda entrega, utiliza la traducción original de todas las escenas sacadas de la primera Terminator. No se salta ni un punto ni una coma. Aunque esto no debería sorprendernos, puesto que Rovira-Beleta sabe bastante de traducir franquicias en particular (actualmente también pasan por sus manos Star Wars, Star Trek y las películas de Marvel) y de traducir cine en general (os reto a echar un ojo a su ficha en eldoblaje.com y no encontrar una de vuestras películas favoritas).

En conclusión, no solo hay que cuidar las referencias a materiales ajenos, sino también las referencias que una película puede realizar a su propia historia y universo. Aunque no esté en juego el futuro de la humanidad, sí lo está la coherencia del producto que estemos traduciendo. Y ya hay demasiadas incoherencias en este mundo.

Sayonara, babies.

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