4 de julio de 2016

¡Sed creativos! La traducción de neologismos en «Mad Max: Furia en la carretera»

El traductor debería considerar grandes regalos tanto la fantasía como la ciencia ficción (las fronteras entre las dos son cada vez más difusas, sobre todo en la sección de libros del Fnac). Ambas le permiten echar mano de su recurso favorito. No, no estoy hablando de  la Fundéu, sino de la imaginación. ¿A qué traductor no le gustaría atacar naves en llamas más allá de Orión? ¿Quién no querría ver rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser? Hay gente que ha traducido cosas que vosotros no creeríais.

Yo descubrí todo esto cuando participé en los cursos de Traduficción que imparte Manuel de los Reyes (@tradelosreyes), un nombre que debería sonarte muy mucho si te interesa la traducción literaria, para Con Trazo Firme. A la hora de realizar los ejercicios, consistentes en la traducción de fragmentos de novelas pertenecientes a estos géneros, me di cuenta de las enormes posibilidades que ofrece un texto así. Sus palabras te piden creatividad a gritos. Después, cuando todos los participantes pusimos el trabajo en común y comparamos las diferentes alternativas que se nos habían ocurrido, comprobé que, efectivamente, las soluciones pueden ser infinitas, pero también es infinito el cuidado que hay que tener a la hora de seleccionar la más adecuada de acuerdo con el texto original.

Antes de seguir, deberíamos establecer una distinción entre las obras audiovisuales de género fantástico que resulta especialmente relevante para la labor del traductor. Según su origen, encontramos películas que son adaptaciones al cine de una obra previa (libros, cómics, videojuegos…) y otras que son productos originales. El modo de enfrentarse a la traducción de las primeras presenta una importante diferencia respecto al trabajo con las últimas.  

En el primer grupo, incluiríamos sagas como Harry Potter, El señor de los anillos o Los juegos del hambre. En estos casos, será muy importante documentarse sobre cómo se tradujo la terminología específica en el material original y preocuparse por conservar la intertextualidad. Es un método de trabajo que tiene como consecuencia que el traductor no pueda permitirse ser excesivamente creativo, pero los numerosos seguidores de este tipo de productos agradecen cierta coherencia en la denominación en español de los términos. Para que me entendáis, Frodo no puede vivir en la Tierra del Medio ni apellidarse Mochilón.